martes, 28 de abril de 2009

ACUPUNTURA

Para aquellos que elijen medicina natural para prevenir:
La acupuntura combinada con la moxibustión es muy efectiva para la tonificación del sistema inmunológico, como así también la moxibustión sola aplicada en puntos acupunturales específicos.
La aplicación de agujas las tiene que realizar un terapeuta formado en esto, pero el mismo terapeuta les puede enseñar la aplicación de moxa que pueden realizar diariamente en sus hogares
sin tener que concurrir al consultorio.

GRIPE PORCINA

Hay mucho que podemos hacer para prevenir, tonificar nuestro sistema de defensas es fundamental,- y no solamente para esta crisis-.Hacer ejercicios de respiración algunos minutos al día tonifica la energía del pulmón y así la del resto de los órganos; El gengibre tonifica el pulmón, la raíz fresca se consigue en verdulerías, cortar pequeños trozos y hervir tres minutos colar y tomar, también para aquellos que lo toleren-porque pica un poco-se puede cortar del tamaño de un caramelo y masticar previo a las principales comidas-una digestión sana mejora las defensas-.

lunes, 27 de abril de 2009

GRIPE PORCINA-PREVENCION-

¿COMO EVITAR EL CONTAGIO?

En términos generales, se recomienda no saludar de beso ni dar la mano, no compartir alimentos, vasos ni cubiertos, mantener los lugares de uso común limpios, abrigarse y evitar cambios bruscos de temperatura y lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, pues éste es un modo sorprendentemente efectivo para prevenir todo tipo de enfermedades, incluyendo la gripe ordinaria y la nueva y misteriosa cepa de virus de influenza porcina.
Además, los sanitizadores en gel a base de alcohol funcionan bien para destruir virus y bacterias.

FUENTE: latercera.com

martes, 21 de abril de 2009

TERAPEUTICAS DEL BIENESTAR ll

. Lo que Freud no pudo explicar fue la ubicación de ese inconsciente por carecer en esa época de los conocimientos sobre la anatomía del cerebro. El inconsciente freudiano estaría en el cerebro límbico.
A. Damasio, un gran pensador portugués radicado en Estados Unidos, al final del siglo XX, nos proporciona la explicación neurológica a la tensión constante entre el cerebro primitivo y el cerebro racional, lo que llama la tensión entre “las pasiones y la razón”. De esta manera va un paso más allá de Freud y nos brinda elementos para poder relacionar mente y cuerpo, como se conectan una y otro, síntesis necesaria para sostener científicamente la visión holística, psicosomática. Esta visión era ya sostenida por disciplinas milenarias como la medicina china. Luego en Occidente por abordajes como la homeopatía y las terapias corporales neoreichianas entre otras.
El cerebro límbico o “cerebro dentro del cerebro”, es un centro de control que recoge informaciones provenientes de diferentes partes del cuerpo y que responde controlando el equilibrio fisiológico: respiración, ritmo cardíaco, tensión arterial, apetito, sueño, secreción hormonal, deseo sexual, e incluso el funcionamiento del sistema inmunitario.
El papel del cerebro límbico es mantener las diferentes funciones en equilibrio, lo que se conoce como “homeostasis” (equilibrio dinámico que nos mantiene con vida).
Los científicos descubren que el conjunto de reacciones fisiológicas que regulan y ajustan las actividades de los sistemas biológicos del cuerpo a las demandas del medio interno y del medio externo constituyen las emociones.
En resumen, el cerebro emocional controla todo lo que rige el bienestar psicológico y gran parte de la fisiología del cuerpo.
Como dijimos tiene que ver con nuestros antecesores, los reptiles y los mamíferos. La parte que viene de los reptiles se ocupa de las funciones de supervivencia: comer, beber, copular. La parte que proviene de los mamíferos se ocupa de la afectividad. Es el cerebro de la memoria, pero de la memoria de lo agradable y de lo desagradable.

Luego tenemos el cerebro típicamente humano, el racional o corteza nueva. Este es la envoltura que rodea al cerebro emocional. Esta capa es la que otorga al cerebro la capacidad para tratar la información de una manera similar a una computadora u ordenador. Es la que controla la cognición, el lenguaje y el razonamiento. Tiene una función asociativa, asocia vías nerviosas. Guarda huellas de experiencias pasadas. Gracias al lenguaje los seres humanos transmitimos de generación en generación la experiencia.
El córtex anterior, capa del neocórtex que se halla detrás de la frente, está muy desarrollado en el ser humano. Tiene la tarea de ocuparse de la atención, la concentración, el manejo de los impulsos e instintos, las relaciones sociales e incluso el comportamiento moral.
Estos dos cerebros, el emocional y el racional, se ocupan ambos a la vez de la información proveniente del mundo externo y pueden trabajar en cooperación o en disputa. El resultado de esta interacción es lo que origina lo que sentimos, nuestra relación con los otros y con el mundo. Cuando actúan en disputa nos hace sentir infelices, con malestares. Ahora bien, cuando se complementan uno para direccionar hacia lo que queremos vivir (el emocional), y el otro para hacernos avanzar de manera inteligente en esa dirección (el cognitivo), sentimos una armonía interior, un “estoy en mi vida ahí donde quiero estar”. Esta vivencia es constante en todas nuestras experiencias de bienestar.
El hombre necesita de los otros para sobrevivir. La supervivencia del grupo depende del aprendizaje del cachorro humano. Hay que comportarse de acuerdo a los códigos. Esto se hace para la supervivencia del grupo.
Así desde muy pequeños los seres humanos en nuestro camino hacia la domesticación para poder integrarnos a la sociedad civilizada, sufrimos por parte de nuestro entorno prohibiciones, amenazas, estímulos de premio y castigo en la creación de hábitos sociales.
Por un lado tenemos comportamientos de consumo y gratificación, pero también para mantener nuestra comunidad es necesario aprender a cumplir con sus normas. Allí aparece el premio y el castigo. Frente al castigo reaccionamos con tres posibles respuestas: ataque, huida o fuga y parálisis o inhibición de la acción. La forma de reaccionar frente a la domesticación y la intensidad del castigo determinará nuestra personalidad o estructura de carácter. La estructura de carácter frena el libre fluir de la energía vital en diferentes lugares de nuestro cuerpo. Esa energía detenida o desviada es la base de la sintomatología orgánica y psicológica.
Henri Laborit ha definido claramente el mecanismo de inhibición de la acción, reacción típica humana. Frente al castigo la persona aprende que ninguna acción es eficaz, que no puede huir ni luchar. Esta inhibición conduce a lo que llamamos enfermedades de la civilización o psicosomáticas: úlcera, hipertensión, insomnio, cansancio o fatiga.

Con esta comprensión de nuestra forma de reaccionar y de sus consecuencias en el enfermar, nos alejamos de planteos filosóficos imperantes a lo largo de muchos siglos. Planteos que nos hacen creer que nuestra forma de pensar va a realizar los cambios necesarios para llevarnos a sentirnos bien y que, con voluntad todo lo lograremos. Pero de repente nos embarga algún temor, angustia, ira, o alguna enfermedad irrumpe en nuestras vidas. Nuestros planes y proyectos se derrumban como un castillo de naipes. Ahí recurrimos al médico si el síntoma o enfermedad es orgánico, o al psiquiatra o al psicólogo si el malestar es mental. Quizás con estas intervenciones logramos callar los síntomas. ¿Pero eso es bienestar?
Nuestra propuesta es poder ir más allá al abordar la totalidad del ser.
Mover la energía vital con la comprensión que tenemos del enfermar basada en la homeopatía, la medicina china y sus pilares: la acupuntura y la dieta. Pero también podemos intervenir con la ayuda de técnicas psicológicas y trabajos corporales tratando de reconciliar las demandas biológicas y culturales.
Ese equilibrio bio-psíquico-social y espiritual que es la salud se logra estimulando a ambos cerebros para que trabajen en colaboración. Para ello a veces es necesario reflexionar y elaborar esas escenas traumáticas que originaron el estancamiento o desvío energético al mismo tiempo que se estimula con medicación homeopática y/o acupuntura.
Por eso llamamos a nuestra forma de trabajo terapéuticas del bienestar.

Alejandra Moran, Naturópata
Cristina López de Delfino, Psicologa

www.ki-na.com.ar