viernes, 13 de marzo de 2009

TERAPEUTICAS DEL BIENESTAR

Primera Parte:Llamamos Terapéuticas del bienestar al conjunto de herramientas curativas que utilizamos en la búsqueda del “estar-bien”.
Con un equipo especializado en: Medicina Tradicional China, Homeopatía, Psicología, Programación Neurolingüística, Constelaciones familiares y diferentes abordajes de trabajo corporal, tenemos un objetivo: recuperar el bienestar físico, psíquico, social y espiritual en la persona, lo que la OMS entiende como salud.

Entendiendo la Salud como una balanza en continuo movimiento, intervenimos ahí donde hay indicios de estímulos internos o externos desequilibrando esa balanza, produciendo síntomas, malestares, enfermedades orgánicas, depresiones, falta de fuerza, desesperanza, etc.
Basándonos en enfoques milenarios estimulamos los mecanismos de autocuración del ser humano, teniendo en cuenta la totalidad del ser: mente-cuerpo-alma-espíritu, adhiriendo así a la medicina de las emociones.

¿Qué nos hace estar mal?

Hay muchas respuestas comunes: el tipo de vida que llevamos, las tensiones laborales, las exigencias, los conflictos de la infancia, la soledad, la dificultad de armar pareja, de confiar en los otros, padecer tal o cual enfermedad, tener dolores corporales, angustia, depresión, obsesiones, la forma de pensar, los sentimientos negativos, etc. Quizá se puede resumir en “el conflicto entre lo que pensamos y lo que sentimos”.

Ahora bien, ¿cómo surge este conflicto?

Los seres humanos tenemos en el interior de nuestro cerebro otro cerebro, el emocional. Este cuenta con una construcción, con una organización celular e incluso con propiedades bioquímicas diferentes al resto de la parte más evolucionada o externa del cerebro, que solo tenemos los humanos y que es sede del pensamiento y el lenguaje.
La vida psíquica es el resultado de un esfuerzo permanente de unión entre estos dos cerebros. Por un lado el cognitivo, conciencia racional y volcado al mundo externo: el cerebro racional, y por otro, un cerebro emocional inconsciente preocupado fundamentalmente por la supervivencia y conectado al cuerpo.
Darwin plantea que las especies evolucionan por la suma de estructuras y funciones nuevas. Siguiendo a Darwin nos explicamos como el cerebro humano incluye dos grandes partes: en el centro del cerebro, en lo más profundo se encuentra el cerebro antiguo que compartimos con todos los mamíferos y en parte con los reptiles. Es la primera capa dispuesta para la evolución.
P. Broca, neurólogo francés del siglo XIX, fue el primero en describirlo y le dio el nombre de cerebro límbico. Después de millones de años de evolución se forma alrededor del límbico un cerebro nuevo, el neocórtex que significa corteza nueva o envoltorio nuevo.
S. Freud, el creador del psicoanálisis, define la existencia de una parte de la vida psíquica que denominó “inconsciente”. El Inconsciente escapa a la razón.
(continúa en próxima entrada)


Alejandra Moran, Naturópata

Cristina López de Delfino, Psicologa

www.ki-na.com.ar





lunes, 9 de marzo de 2009

MIGRAÑA l

Llamaré C- a la consultante
C- sufría de migrañas, estas comenzaron diez años antes de llegar a la consulta, durante todos esos años pasó por muchos consultorios sin encontrar una respuesta positiva a su dolencia, llegó a participar en un club de personas que sufren este terrible problema, encontró que había migrañas de distinto origen, pero nada cambiaba para ella, salvo que sus migrañas se repetían cada vez mas seguido, tanto así que su estado anímico comenzó a decaer, estas migrañas comenzaron luego de un accidente que dejó una secuela en sus cervicales y este fue el lugar tratado; la secuela fue una rectificación cervical que no fue atendida, además las contracturas se fueron haciendo mas severas agravando la rectificación y tanto dolor fue cambiando su postura. Con acupuntura y shiatsu las migrañas se fueron distanciando, con clases de estiramiento recuperó la postura correcta y con flores de Bach logró recuperar la tranquilidad en los viajes, el no sufrir mas esta dolencia ahora depende de ella, tiene que cuidar que su cuello mantenga un estado de relajación y es la razón por la que continúa con sus clases de estiramiento pero después de haber sufrido tanto no se rebeló ante esta sugerencia.

miércoles, 4 de marzo de 2009

VICEVERSA

La intención de este fragmento clínico, es dar a conocer una de las maneras en que trabaja este equipo.

La dirección que nos proponemos se enmarca en el concepto de red, donde palabras, vínculos y cuerpo forman una trama que, singularmente, se entrelazan. Organizados así como equipo, cada profesional, mediante la intervención que su quehacer le dicte, tendrá un sustento sólido para maniobrar con las diferentes situaciones que en un tratamiento se presenten.
Así, entendemos por un lado, de-mitificar que la intervención de los analistas se petrifique en la palabra, y que una indicación desde esa práctica,- no obligada por la palabra-, podrá estar dirigida a atenuar ciertos padecimientos físicos. Derivando al terapista para ayudar a promover esa sensación del sujeto a un plano real y así darle un lugar.

El terapista actuará sobre ese recorte del cuerpo sufriente y/o agregará lo que su oficio le indique. Esta operación actúa de manera bifronte. Especialmente en casos de dolores corporales crónicos, el dolor empezará a moverse, ya no habrá fijación; el terapista produjo con su intervención un desbloqueo, una atenuación que produce que la palabra asome ahora con distintas asociaciones.
El sujeto encuentra, con estas maneras de intervenciones, diferentes lugares que “lo alivian”.
Por un lado, en el análisis se produce una pulsación de tiempo diferente, la represión sucumbe, por qué?. La derivación y la acción terapista produjo algo nuevo. El sujeto va al encuentro de tener un cuerpo.
Lo que el terapista promueve es el alivio de un cuerpo cuidado aliviado ya que el dolor comienza a disminuir. Así tratado, cuerpo y palabra están unidos. Hay sujetos que portan un cuerpo, que es distinto a tener un cuerpo. El cuerpo infinitas veces es reservorio de diferentes efectos traumáticos, aún los no vividos como tales por una persona.
Lic. María S. Catino